2.371 estudiantes en casa, mantienen contacto diario con los docentes, lo que facilita su permanencia en el proceso de formación educativa.
Fotografía: Suministrada/ prensa Alcaldía de Bucaramanga
Descargue audio: Yolanda Roa Camacho, rectora IE Técnico Nacional de Comercio
En la institución educativa Técnico Nacional de Comercio todos los estudiantes reciben clases en casa, gracias a la estrategia que plantearon sus directivos de atender a tiempo la situación de alumnos con problemas tecnológicos.
Fue así como desde el mes de marzo se dieron a la tarea de establecer, mediante encuestas con padres de familia, el número de estudiantes con problemas de conectividad.
Para acabar con esta desigualdad digital, directivos docentes y la rectora, Yolanda Roa Camacho encontraron como solución la compra de 150 Sim Card que de inmediato entregaron a sus alumnos.
“El contrato implicaba el contrato para licencias de Microsoft Teams tanto para estudiantes y docentes”, explicó la licenciada Yolanda.
La determinación cambio por completo el panorama de la institución, y los estudiantes regresaron con ánimo a clases.
“En este mismo proceso tuvimos acceso a la plataforma de Microsoft Teams lo que nos permitió contar con aulas para cada profesor, organizar horarios de tal manera que los estudiantes llegaran con mucha facilidad a las clases”, dijo la rectora.
En la actualidad, el servicio de Sim Card es constante y con la plataforma de la institución se cubre la totalidad del tiempo en clase, explicó.
Asimismo, los estudiantes navegan sin problema, atienden clases y buscan en internet las tareas que los docentes solicitan; con esta estrategia también se realizan reuniones con padres de familia y profesores.
De esta manera la licenciada, Yolanda Roa Camacho y los docentes a su cargo lograron traer nuevamente a 150 alumnos que estaban por fuera del proceso digital y de esta manera mantiene a sus 2.371 estudiantes recibiendo la formación mientras pasa esta emergencia sanitaria que agobia y preocupa a la comunidad educativa de la ciudad.
Por: Édgar A. Sánchez