Conozca, en esta nota, la historia de dos adultos mayores quienes encontraron en la cocina una solución a la depresión.
Al perder a un ser querido se puede experimentar el sufrimiento como una reacción física, mental, social o emocional. Sensaciones que percibieron Mauro y Nelsa, cuando uno de sus familiares falleció.
“Yo me encontraba en una depresión muy fuerte debido al fallecimiento de una hija de 28 años, eso me mantenía encerrado en la casa y a raíz de eso, aquí ya hice otras amistades”, mencionó Mauro Gómez, beneficiario del Centro Vida Años Maravillosos.
Así como lo narra, su vida dio un giro de 360 grados cuando ingresó al taller de cocina que ofrece el programa de Adulto Mayor de la Secretaría de Desarrollo Social. Allí encontró un nuevo propósito, satisfacer el paladar de sus familiares, a través de las recetas que aprende en el curso.
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“Hemos aprendido diferentes preparaciones, como sobrebarriga rellena, pollo relleno, ensaladas y otras más que ponemos en práctica en nuestro hogar. No hay mayor felicidad que ver a mi esposa y a mi nieto disfrutar de estas preparaciones”, dijo Mauro.
Este también es el caso de doña Nelsa, quien lleva seis meses asistiendo al taller de cocina para encontrar una salida a la depresión y al nerviosismo que le generó, debido al fallecimiento de su esposo.
“He adquirido mayor concentración en lo que tengo que hacer, a pesar de mis cosas de las manos. Aquí uno ríe, habla con sus compañeras y salgo feliz para la casa. Cuando llego, me piden que les prepare la receta para el día siguiente», mencionó Nelsa Rueda, beneficiaria del Centro Vida Años Maravillosos.
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Además de aprender nuevas recetas y compartirlas con sus familiares, estos talleres ayudan a fortalecer la memoria, la atención y las habilidades sociales. Aspectos que han permitido que personas como don Mauro y doña Nelsa superen episodios difíciles en sus vidas.
Finalmente, ambos beneficiarios hacen una invitación para que los Adultos Mayores interesados se vinculen a los diferentes talleres que ofrecen los Centros Vidas de la ciudad:
«Que vengan, que se acerquen, aquí es muy bonito, aquí salimos muy contentos. A pesar de la edad, no hay límites para venir y estamos encantados con todas las cosas que hemos aprendido», finalizó Nelsa.
«Esto es algo que uno aprovecha, no por el hecho de ser gratuito, sino que debemos confiar en lo que nos van a enseñar y en lo que nos ha puesto la Alcaldía porque es un bien para la comunidad y muchas personas no saben lo que pueden desarrollar aquí», finalizó Mauro.
Actualmente hay más de 250 personas inscritas en los talleres de cocina que se dictan en los tres Centros Vida de Bucaramanga (Centro Vida Norte, Centro Vida Álvarez y Centro Vida Años Maravillosos) en ellos se ofrecen cursos para los diferentes gustos y talentos de los adultos mayores. Conozca aquí los talleres y cómo puede inscribirse.