Se invita a la ciudadanía a hacer un correcto uso de estos dispositivos que son de vital importancia para evitar contagios por Covid-19.
Audios: José David Cavanzo, secretario del Interior de Bucaramanga / Erika Fernanda Arciniegas, ciudadana.
Un total de 10 lavamanos portátiles fueron instalados por la Alcaldía de Bucaramanga en los puntos de acceso peatonal del Cerco por la Vida, en el Centro de la ciudad, como medida de mitigación frente al Covid-19.
El objetivo es facilitar el permanente lavado de manos a los ciudadanos que a diario se movilizan por este sector céntrico de la ciudad.
«Hemos instalado 10 lavamanos en cada intersección vial del Cerco por la Vida, con el fin de seguir dando acciones positivas para reducir la propagación del Covid-19 en las zonas de mayor influencia”, dijo José David Cavanzo, secretario del Interior del Municipio.
Estos elementos de protección fueron entregados a los bumangueses a través de la gestión que adelantó la Secretaría de Desarrollo Social con entidades de cooperación internacional.
«Esto me parece muy bueno. Aquí hay mucho vendedor ambulante, muchas personas; entonces nos sirve para cuidarnos del Covid. Hay que tener prevención”, señaló Erika Fernanda Arciniegas, una ciudadana que acató todos los protocolos de bioseguridad.
El funcionario del Gobierno Local precisó que la implementación de esta medida restrictiva ha venido ayudado a evitar las aglomeraciones en este sector neurálgico de la capital santandereana.
«El Cerco por la Vida nos da como resultado que entre todos se pueden adelantar acciones para evitar aglomeraciones, priorizando la protección de la salud y la vida. Vamos a seguir trabajando con los organizamos de seguridad y con la ciudadanía para mitigar y generar más consciencia”, dijo el secretario del Interior.
Cabe recordar que a esta zona restringida, comprendida entre la carrera 15 y 19 y las calles 33 y 36 del Centro de la capital santandereana, solo pueden ingresar los ciudadanos que se encuentran dentro de las excepciones y quienes estén en su día de pico y cédula.
Por: Daniel Quintero Duarte