Historia
La ciudad de Bucaramanga surgió como núcleo urbano jurÃdicamente reglado, sólo hasta el ocaso del periodo colonial. El 22 de diciembre de 1622, el presbÃtero Miguel de Trujillo y el juez poblador, Andrés Páez de Sotomayor, por comisión del oidor, levantaron un acta dando por terminada la iglesia y sacristÃa del lugar, a la que dieron el nombre de Real de Minas de Bucaramanga, donde luego de celebrar la misa, repartieron los resguardos entre los indÃgenas de las distintas encomiendas, con lÃmites muy similares a los que actualmente se han fijado en el área metropolitana.
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La mala interpretación de este acontecimiento fue la que generó la disputa académica durante décadas sobre el origen fundacional de la ciudad. En términos jurÃdicos la ciudad nunca fue fundada, se congregó el pueblo de indios en 1622 y en 1778 se erigió como parroquia. Los delegatorios del Oidor Villabona y Zubiaurre no pretendieron fundar una ciudad, sino hacer la reducción de indios que les habÃa sido encomendada, ya que sabÃan que la fundación de las ciudades coloniales estaba rodeada de requisitos y solemnidades. A principios del Siglo XX, entre los cuatro centros poblados que conforman actualmente el área Metropolitana, Bucaramanga ejerció el liderazgo y predominio, debido a su rápido desarrollo económico, social y polÃtico concentrado en ella. Debido a esto, se convirtió en centro de acopio de las actividades comerciales y productivas de la región y se consolidó como el epicentro poblacional y urbano; motivado en gran parte por su designación como capital del Departamento de Santander en 1886.