Un total de 300 habitantes de calle actualmente adelantan su proceso de rehabilitación con seis fundaciones con las que la Alcaldía de Bucaramanga tiene convenio.
Fotografía: Diego Leal / Prensa Alcaldía de Bucaramanga
Descargar audio: Carlos Arturo Correa, operario Empresa de Aseo de Bucaramanga
El sábado 15 de abril, en plena Semana Santa de 2017, Carlos Arturo Correa botó para siempre sus pipas, cigarrillos, encendedores y sustancias estupefacientes que cargaba consigo en sus bolsillos. En su mente solo tenía un propósito: salir del mundo de la calle y las drogas que lo tenían prisionero desde sus escasos 15 años, cuando en su natal Antioquia conoció este vicio.
Uno empieza a experimentar cosas, primero que el cigarrillito, luego la marihuana, sin pensar que se puede terminar siendo una persona adicta. Todo fue por experimentar y terminé en la calle”, recuerda.
El reto era grande, ‘El Paisita’, como se le conoce a este hombre de 38 años, ya lo había intentado en dos ocasiones anteriores en Medellín, pero terminó recayendo. Sin embargo, por cuestiones de la vida, había llegado tres meses antes a pernoctar en las calles de Bucaramanga y sería aquí en donde su vida daría un giro.
Por sus propios medios, se acercó a una fundación con la que la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio tenía un convenio para la atención de esta población, e inició su proceso con profesionales que le brindaron una atención integral.
Fue una voluntad del Señor haberme traído a este lugar, empezar a ver lo que estaba fallando, que lo que estaba haciendo no era bueno. (…) Yo le pedía a Dios que me sacara de esta esclavitud, hasta que me escuchó”, agregó.
Enfrentándose a las tentaciones, ansiedades y demás secuelas con las que quedó por casi 20 años en las calles, ‘El Paisita’ logró vencer uno a uno sus ‘demonios’, como él los llama, hasta convertirse en un referente para sus compañeros de rehabilitación.
Cada vez que un compañero a los tres meses deseaba irse yo le decía que no lo hiciera, aún no estaba listo. Me dolía cada vez que se daban por vencido y volvían a las calles…Les faltaba fuerza de voluntad”, dice Carlos.
Embelleciendo a Bucaramanga
Contrario a quienes desistieron del proceso, Carlos Arturo aprovechó todas las oportunidades brindadas por el Administración Local, que incluso una vez rehabilitado, lo vinculó como operador de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, Emab.
Hoy, él asegura que está viviendo una vida nueva. Lleva dos años vinculada a esta entidad que le ha permitido obtener un salario, comprar su motocicleta y tener un hogar digno.
Mi vida cambió un 100%. Tengo objetivos, si tengo ganas de comprarme cualquier cosita ahorro, ya no pienso en vicio. Mi papá, mamá, hermanos e hijo están orgullosos de mí allá en Antioquia”, concluyó el operador de la Emab.
La Alcaldía, a través del Programa Habitante de Calle, seguirá recorriendo la ciudad buscando aquellas personas que deseen seguir el camino de Carlos Arturo para construir una mejor Bucaramanga.
Por: Daniel Quintero Duarte