Desde el mes de mayo y hasta la fecha se han abierto los centros de salud de Morrorrico, Comuneros, Gaitán, Colorados, Toledo Plata, Mutis, Rosario, Café Madrid e IPC, cumpliendo con los protocolos de bioseguridad.
Fotografía: Archivo/Prensa Alcaldía de Bucaramanga
Germán Gómez Lizarazo, gerente ISABU
Desde el mes de mayo y por orden del alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, el Instituto de Salud de Bucaramanga- ISABU- abre paultinamente los centros de salud para ponerlos al servicio de las comunidades.
Germán Gómez Lizarazo, gerente del ISABU, explicó cómo se han reabierto progresivamente estos servicios especialmente para atender usuarios que buscan cita médica.
En estos espacios de atención para la salud, los usuarios son atendidos por atención prioritaria y por citas que han solicitado vía página WEB del ISABU.
“Queremos evitar las filas y aglomeraciones, y estos sitios cumplen con todas las medidas de bioseguridad”, aseguró el funcionario.
También se cumplen otros servicios de vacunación en menores de 5 años con cita previa de control prenatal y servicios para adulto mayor. Asimismo, se continúa el despacho de medicamentos para las EPS de régimen contratado por el ISABU.
CONTINÚAN CITAS MÉDICAS EN CASA
Desde el ISABU un grupo de profesionales adelanta el acompañamiento en casa de los programas de riesgo cardiovascular y de otras comorbilidades, como diabetes e hipertensión. El usuario debe llamar previamente al centro de salud cercano para que se programe la visita del profesional a la vivienda.
Este servicio en casa también se lleva a cabo con las maternas. En este procedimiento, el médico acude a atender a la futura madre a su vivienda.
Sobre la atención que presta el ISABU en las unidades hospitalarias especializadas como el Hospital Local del Norte, se tiene en cuenta con un área específico para pacientes sintomáticos y otros para no sintomáticos.
En la UIMIST se caracteriza madre e hijo para ser atendidos y un área específica para paciente pediátrico y asintomático respiratorio, sostuvo Germán Gómez.
Por: Édgar a. Sánchez