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Fueron más de 13 largos años, los que la comunidad del barrio La Fortuna, al Norte de Bucaramanga, tuvo que esperar por su legalización.

Foto: Alcaldía de Bucaramanga

Finalmente, en 2022, la Administración Municipal, en cabeza del alcalde Juan Carlos Cárdenas, les cumplió el sueño y ahora son un barrio totalmente legal y listo para recibir todos los beneficios que eso implica.

El anhelo principal de la gente de este sector es terminar con el problema del agua, ya que reciben este servicio por medio de una pila pública.

Por tal razón, actualmente, tienen una deuda con el amb, que desde hace años tratan de saldar, para que un día llegue la buena noticia de tener agua individual.

“Soy la encargada de recoger el dinero, en el momento hay una deuda a la que le vamos abonando poco a poco, hasta que no terminemos de pagar, no podemos pensar en tener el servicio de agua individual”, precisó Nelsy Cecilia Atuesta, quien reside en el barrio hace 9 años.

Sin embargo, soñar con tener ese servicio, aunque aún se ve difícil, sólo les es posible hasta ahora, gracias a la resolución que legaliza a La Fortuna, la cual fue emitida el 21 de julio de 2022.

Tampoco existía la remota posibilidad de tener servicio de gas, otro beneficio que les emociona, pues en el momento pueden cocinar gracias a la compra de cilindros, una opción costosa y que además puede tornarse peligrosa.

“Lo primordial ahora son los servicios públicos, necesitamos el acueducto, el gas, el alcantarillado, las obras de infraestructura de las zonas verdes y las vías de acceso… Me sueño con todos los servicios, con toda la calle principal pavimentada y con mi escritura en la mano”, puntualizó Nelsy.

Luis Alberto Medina, uno de los fundadores del barrio, espera la entrega de las zonas comunes para finalmente tener las escrituras de sus dos casas.

Los inicios de La Fortuna

En los inicios, la colina donde se ubica el barrio La Fortuna, estaba despoblada. Unas tres casitas se habían levantado para el año 2012 y, de ahí, hasta hace unos cuatro años, las construcciones no han parado.

“Yo compré aquí mis dos lotes con desconfianza, teníamos agua por una manguera que venía de una quebrada, años después, cuando empezó a llegar a gente, fue que se logró lo de la pública y surgieron muchos problemas”, contó Medina.

Por su parte, Nelsy recuerda que lo primero que llegó fue la luz, la cual se pagaba normal a la Electrificadora de Santander (ESSA) y aún sigue siendo un servicio de buena calidad.

Atuesta recalcó lo agradecida que está con la legalización.

“Nosotros nunca vimos la intención de algún alcalde de legalizar, Juan Cárdenas ha sido el único que ha estado pendiente de esto, fue con él que iniciamos el proceso y nos dieron la resolución, le agradecemos a él por su interés”, acotó Atuesta.

Por Darlin Ramírez Leiva